RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA MUJERES EMBARAZADAS.

DEFINICIÓN Y GENERALIDADES

El embarazo es un estado fisiológico donde se producen grandes cambios; durante 9 meses, la madre experimenta diferentes estados en los cuales la alimentación juega un papel muy importante en la formación y desarrollo del feto. Dicha alimentación, tanto previa como durante el embarazo, resultan ser factores limitantes en el desarrollo del feto (1).  Esto es debido a que la alimentación intrauterina del feto proviene exclusivamente de la madre no existiendo otro medio para alimentar al feto. De hecho, una alimentación insuficiente puede provocar partos prematuros con el fin de dar alivio a la carencia nutricional; con el nacimiento y posterior lactancia puede darse continuidad al correcto desarrollo del feto (2).

La obesidad de la embarazada supone un elevado riesgo de muerte fetal intrauterina o aborto involuntario, además de aumentar el riesgo de contraer diabetes mellitus gestacional, hipertensión arterial inducida por el embarazo y cesárea (3). Por lo tanto, la pérdida de peso controlada previa a la concepción es un hecho altamente recomendable.

El riesgo de parto de niños muy prematuros (<32 semanas) o con alteraciones cardíacas, macrosomía (peso al nacer > 4.000 g) es más alto en mujeres obesas (4). Además, la obesidad se asocia a elevado riesgo de trastornos hipertensivos (5) como se ha citado anteriormente.

Una alimentación satisfactoria también puede reducir ciertos defectos congénitos en el feto. Un adecuado aporte de vitamina B12, B6, niacina, hierro y magnesio reducen el riesgo sobre este problema (2). En este sentido es más recomendable el aporte de suplementos multivitamínicos antes que suplementos de un único nutriente (1).

La alimentación debe ser equilibrada, suficiente, completa y variada teniendo que adecuarse  a los cambios físicos y fisiológicos con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales de la madre y del bebé, además del coste en la producción de la leche materna. Debido a ello, el aporte energético y nutricional en embarazadas y madres lactantes es superior que en mujeres no gestantes ni lactantes.

OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO

  • Cubrir las necesidades nutricionales de la mujer y del crecimiento fetal.
  • Promover la futura lactancia.
  • Preparar al organismo materno para afrontar mejor el parto.
  • Facilitar información y educación sanitaria a la embarazada.
  • Evitar riesgos de malnutrición y desnutrición en el embarazo (5).
  • Promocionar hábitos de conducta que aumentan el nivel de salud y bienestar de las mujeres (4).

 

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS, HIGIÉNICAS Y OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS

Una alimentación saludable, variada y equilibrada es particularmente importante durante el embarazo debido a la influencia de la nutrición sobre la salud del feto (6). De hecho, las recomendaciones dietéticas no difieren significativamente las que se aportan a la población sana en general.

El estado nutricional de la madre en los meses previos al estado de embarazo es uno de los factores que más influye sobre el peso del neonato (6) por lo que es muy importante que los depósitos nutricionales de la madre sean óptimos. Algunos consejos para mujeres que planean un embarazo son:

  • Comer una dieta basada en un estilo de alimentación variado y equilibrado.
  • Aumentar la ingesta de alimentos ricos en ácido fólico (levadura, muesli, cereales cornflakes, coles de bruselas, espinacas, judías verdes, patatas, coliflor, naranja, etc.). Además se aconseja la toma de suplementos de ácido fólico en mujeres que están posibilitando un embarazo, elongándose esta toma hasta la semana 12ª de embarazo (6).
  • Evitar hígado y productos derivados.
  • Evitar suplementos dietéticos que contengan vitamina A con el fin de evitar el riesgo de malformaciones fetales (6).
  • Evitar o restringir el consumo de alcohol.

Esta necesidad de incrementar la ingesta de alimentos con el fin de obtener una óptima nutrición, no significa que la madre deba “comer por dos” por el hecho de estar desarrollando un feto. Esto, en parte es debido a que la absorción de muchos nutrientes está aumentada, el metabolismo resulta más eficiente además de verse la excreción disminuida.

Por otra parte, salvo excepciones, las dietas hipocalóricas están contraindicadas ya que pueden provocar acetonurias no deseables; también los ayunos prolongados deben evitarse pues provocan hipoglucemias. Consecuentemente se activa la movilización de las reservas de grasa corporal provocando cetonemia (7).

Otras recomendaciones serían:

  • Ingerir alimentos ricos en vitamina C junto con vegetales y legumbres pues se favorece la absorción del hierro.
  • Consumir alimentos ricos en fibra.
  • Consumir diariamente al menos alguna fruta cítrica.
  • Consumir frutas frescas y de temporada.
  • Si no se desea incluir las frutas en comidas y cenas, una buena opción es incluirlas para el desayuno, almuerzo y las meriendas.
  • Utilizar técnicas culinarias como cocina al vapor, horneados, asados o hervidos.
  • Disminuir la cantidad de azúcar que se añade a la leche, yogur, jugos de frutas, batidos, infusiones y a cualquier otro alimento, incluyendo los dulces caseros.
  • Añadir menos sal al elaborar los alimentos. Si se hace se recomienda el uso de sal yodada.
  • Moderar el consumo de alimentos encurtidos, conservas, productos salados, ahumados, refrescos embotellados, gaseados y cervezas, así como saborizantes artificiales para las comidas (condimentos industriales y los caldos concentrados).
  • Utilizar condimentos naturales como el ajo, la cebolla o el limón en la preparación de las comidas.
  • Tomar suficiente agua para ayudar a la función renal.
  • Las verduras con hojas verdes, espárragos, brócoli, etcétera, poseen un elevado contenido en folatos. Pero normalmente, su ingesta diaria no cubre los requerimientos de este micronutriente durante la gestación, por lo que se aconseja la suplementación de ácido fólico en durante el período preconcepcional y durante el embarazo con el fin de evitar malformaciones en el feto (8).
  • Realizar actividad física moderada (caminar, ejercicios de baja intensidad física) y estar al aire libre con el fin de estar en contacto con el sol.
  • Beber agua, preferiblemente fuera de las comidas (9)

ALIMENTOS QUE DEBEN EVITAR:

  • Estimulantes como café, té, cacao, refrescos, alcohol, cigarrillos, pueden alterar el sistema nervioso del feto.
  • Alimentos azucarados.
  • Alimentos sazonados y grasos (salsas y frituras).
  • Alimentos con aditivos alimentarios como el nitrito sódico, glutamato monosódico, sacarina, acesulfamo K, aspartamo, sacaralosa, Bisfenol A (plásticos en biberones, platos de plástico…), (1).
  • Consumo excesivo de carnes rojas.
  • Evitar las partes grasas de las carnes y no consumir las pieles de animales, como por ejemplo la del pollo.
  • Reducir o eliminar consumo de pescados azules de gran tamaño tipo tiburón, pez espada, lucio, etcétera por su elevado contenido en mercurio (8).
  • Eliminar el consumo de carnes procesadas como carnes enlatadas, fiambres, jamones, salchichas y embutidos.

Se aconseja visitar el enlace adjunto en Internet donde se facilita los gramajes y medidas caseras de un gran número de alimentos:  http://www.blancadecastilla.es/edfisica/_ARTICULOS/pesos_y_raciones_caseras.pdf  (copiar este enlace y pegarlo en la barra de navegación).

Durante el embarazo suele presentarse algunos síntomas frecuentes. A continuación, se presenta una serie de consejos nutricionales con el fin de atenuarlos (9):

  • Nauseas y vómitos:
    • Realizar comidas ligeras, frecuentes y poco copiosas, respetando los horarios y el número de tomas.
    • Tener a mano unas galletas, tostadas o cereales para comer alguna cosa antes de levantarse de la cama.
    • Evitar beber agua o zumos ácidos en ayunas.
    • Durante el día, en el caso de que los alimentos sólidos no sean bien tolerados, debería procurarse una buena ingesta de zumos o bebidas azucaradas sin gas.
    • Evitar el café y el té.
    • Evitar beber mucho entre comidas.
    • Intentar evitar los olores de guisos o preparaciones culinarias que le produzcan malestar
    • Disminuir alimentos y preparaciones ricas en grasas y especias.
  • Pirosis e indigestión:
    • Reducir el volumen de las comidas y aumentar la frecuencia de las ingestas.
    • Comer despacio y masticar muy bien los alimentos.
    • Evitar acostarse inmediatamente después de comer.
  • Estreñimiento y hemorroides:
    • Ingerir una buena cantidad de líquidos a lo largo del día. Las bebidas tibias o calientes en ayunas favorecen el movimiento intestinal.
    • Comer alimentos ricos en fibras, siempre que sean bien tolerados, como legumbres, verduras, frutas y hortalizas.
    • No es conveniente restringir severamente el consumo de aceite, ya que esté tiene una función lubricante.
    • Ejercicio físico en forma de paseos.
  • Épulis:
    • Evitar alcohol, tabaco y consumo excesivo azúcares.
    • Realizar un buen cepillado dental.
  • Toxiinfecciones alimentarias: Además de los síntomas que puedan ocasionar en la madre, la higiene alimentaria un es factor decisivo en el correcto desarrollo fetal. Ante la posible presencia de microorganismos patógenos del tipo Listeria monocytogenes, Salmonella spp. y Toxoplasma gondii fundamentalmente, que pueden suponer riesgo de aborto, parto prematuro, ceguera o retraso mental del recién nacido, la mujer gestante no debe consumir huevos crudos, carne cruda o poco cocinada, ni derivados lácteos que no estén pasteurizados (8).

Algunas recomendaciones higiénicas que deben seguir en especial  las mujeres embarazadas para evitar las toxiinfecciones alimentarias son las siguientes:

En cuanto a la compra de alimentos:

  • Elegir alimentos procesados térmicamente por la industria (leche pasteurizada, esterilizada, etc.)
  • Comprobar la fecha de caducidad.
  • Intentar no romper la cadena de frío.

En cuanto a la preparación de alimentos:

  • Lavarse las manos con jabón siempre antes de comenzar con la manipulación de alimentos, después de tocar alimentos crudos (carnes, verduras, frutas…), después de ir al baño…; secar las manos con papel de un solo uso y nunca usar trapos de cocina.
  • Las heridas en las manos taparlos con apósitos impermeables y si fuera necesario utilizar guantes de vinilo en la mano afectada.
  • Mantener tanto útiles de cocina como las superficies de trabajo escrupulosamente limpias y desinfectadas.
  • Evitar la contaminación cruzada, es decir, evitar el contacto entre alimentos ya cocinados con superficies usadas para cocinar, con alimentos crudos, o bien, evitar tocarlos con las manos si previamente hemos tocado algún alimento sin cocinar. Otra fórmula es utilizar cuchillos para cada grupo de alimentos (un cuchillo para carnes, otro para verduras, para farináceos…).
  • Lavar y desinfectar frutas y verduras antes de consumirlas. Seguir y respetar las instrucciones de los fabricantes de desinfectantes alimentarios.
  • Los animales domésticos deberán estar alejados de las zonas donde se manipulen los alimentos.
  • No descongelar a temperatura ambiente; utilizar siempre el microondas o refrigerador. También utilizar agua caliente siempre y cuando el alimento no tome contacto con el agua y el cocinado sea inmediato a la descongelación.
  • No recongelar alimentos ni tampoco alimentos cocinados.

En cuanto al cocinado de alimentos:

  • Cocinar los alimentos tal que el centro de estos se encuentre a temperaturas superiores a 65 ºC.
  • Asegurarse de que las piezas que se cocinan están bien descongeladas en el centro del producto.
  • Nunca recalentar alimentos más de una vez. Cuando se haga, ingerir lo antes posible.

En relación al almacenaje de alimentos:

  • Mantener el congelador como mínimo a -18 ºC y en refrigerador a 4 ºC. No saturar ni el refrigerador. Tampoco el congelador para que las congelaciones sean lo más rápidas posibles.
  • En cuanto a la organización de alimentos en refrigeración arriba poner los alimentos cocinados y abajo alimentos crudos o sin procesar (frutas, verduras, carnes crudas…).
  • No introducir en el frigorífico o congelador alimentos en caliente. Esperar a que bajen su temperatura antes de introducirlos.

 

ENLACES DE INTERÉS

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Kathleen L, Escott-Stump S, Raymon JL. Nutrición durante el embarazo y la lactancia. Krause dietoterapia. Barcelona: Elsevier Inc.; 2013. p. 340-374.
  2. Gaber KR, et al. Maternal vitamin B12 and risk of neural tube defects in Egyptian patients. 2007; Clin Lab 53:p. 69.
  3. American Congress of Obstetricians and Gynecologists (ACOG). ACOG Practice Bulletin. Use of psychiatric medications during pregnancy and lactation. 2009; Obstet Gynecol. 111: p. 1001.
  4. Artal R, et al. Weight gain recommendations in pregnancy and the obesity epidemic. 2010; Obstet Gynecol. 115: p. 152.
  5. Callaway LK, et al. Obesity and the hypertensive disorders of pregnancy. 2009b. Hypertens Preg. 28: p. 473.
  6. Mason P. Embarazo y lactancia. Asesoramiento nutricional y dietético en la oficina de farmacia. Zaragoza: Editorial Acribia; 2004. P. 149-158.
  7. Cervera P, Clavés J, Rigolfas L. Alimentación durante el embarazo y la lactancia. Alimentación y dietoterapia. Madrid: Ed. McGraw-Hill; 2004. p. 140-144.
  8. pdf [Internet]. [cited 2017 Feb 28]. Available from: https://aula.ui1.es/pluginfile.php/380287/mod_page/content/12/ud4_dietotecnia.pdf
  9. Muñoz M, Aranceta J, García-Jalón I. La nutrición durante el embarazo. Nutrición aplicada y dietoterapia. Madrid: Ed. Edunsa; 2006. P. 513-538.­­­­­­­­­­­­­­­­

Publicación realizada por:

Dr. C. Gabriel García Alejo

Dietista-Nutricionista

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