RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA PACIENTES CON ANEMIA FERROPÉNICA 

DEFINICIÓN Y GENERALIDADES 

Las anemias debidas a una ingesta inadecuada de hierro, proteínas, oligoelementos o vitaminas se denominan anemias nutricionales. En concreto, el hierro es un elemento esencial en el mantenimiento de reacciones vitales del metabolismo corporal (1). Una deficiencia de hierro en el organismo durante una etapa prolongada suele ir acompañado de niveles bajos hemoglobina circulante. A su vez, esto ocasiona una disminución en la producción de eritrocitos. Todo ello desencadena una anemia nutricional por déficit de hierro: la anemia ferropénica (2). Las deficiencias de hierro pueden deberse a causas como una disminución de su absorción o aporte dietético, un aumento en su demanda en relación a una ingesta insuficiente, o por último, un aumento en las pérdidas (1). La clínica de la anemia ferropénica se puede resumir en el denominado síndrome anémico: fatiga, palidez, palpitaciones, disnea, cefalea, astenia e hiporexia, y en casos graves o cuando se asocia cardiopatía, puede conducir a insuficiencia cardiaca congestiva. Existen dos fuentes de hierro: el “hierro hemo» y el “hierro no hemo». El hierro hemo se encuentra en alimentos de origen animal. Su biodisponibilidad a nivel del duodeno y yeyuno proximal es muy superior a la del “hierro no hemo”, el cual, se encuentra en alimentos de origen vegetal y suplementos farmacológicos.La anemia ferropénica representa aproximadamente el 50% de todos los tipos de anemias (3,4).

OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO DIETÉTICO

1. Aportar a través de una alimentación adecuada la cantidad suficiente de hierro (preferiblemente en su forma hemo) para conseguir unos niveles séricos óptimos. Se estimará la aportación de suplementación farmacológica en caso de ser necesaria.

2. Aumentar las reservas de hierro (ferritina).

3. Educación del paciente: dar a conocer qué componentes de los alimentos pueden actuar como agentes quelantes (tales como magnesio, compuestos fenólicos, oxalatos, fosfatos y fitatos los cuales reducen biodisponibilidad del hierro) y qué otros pueden actuar como coadyudantes (tales como el ácido ascórbico, ácido cítrico y proteína tisular animal), los cuales, aumenta dicha biodisponibilidad).

   
   

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS Y OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS (2, 5, 6)

1. Llevar una dieta equilibrada y lo más variada posible para así evitar cualquier déficit nutricional.

2. El aporte de hierro alimentario merece una especial atención en situaciones fisiológicas tales como menstruación, embarazo, lactancia y periodos de crecimiento acelerado.

3. Resulta necesaria la inclusión de alimentos con alto contenido en “hierro hemo” tales como berberechos, almejas, hígado, etcétera (ver listado de alimentos ricos en hierro más adelante) al menos 5 veces por semana.

4. Aumentar en la dieta del paciente los alimentos ricos en “hierro hemo» procedente de pescado, carnes (en especial las carnes rojas), moluscos bivalvos o univalvos (sobre todo almejas, zamburiñas y berberechos), hígado de cerdo y de ternera, morcilla, cecina, sangre, jamón ibérico, yema de huevo (ver listado de alimentos ricos en hierro más adelante). Evitar combinar en la misma comida con suplementos o alimentos ricos en calcio tales como lácteos y sus derivados (leches, quesos, yogures u otros alimentos fortificados con este micronutriente) ya que se reduce la absorción del hierro.

5. Aumentar la biodisponibilidad del “hierro no hemo”  (en alimentos de origen vegetal tales como legumbres, verduras y hortalizas, frutos secos, especias, frutas y alimentos enriquecidos) combinándolo con una dieta rica en ácido ascórbico/cítrico (frutas cítricas tipo fresas, piña, grosellas negras, mandarinas, kiwi, naranjas, etc.), ácido acético (vinagres), carnes y pescados.

6. Reducir el consumo de alimentos que interfieren en la absorción del hierro tales como lácteos, café, salvado, fibra . Separarlos en al menos 2 horas de las comidas ricas en este tipo de hierro con el fin de no interferir en su absorción.

7. Evitar el abuso de fármacos que inhiben la absorción del hierro como antibióticos (tetraciclinas y cloranfenicol) y antiácidos (omeoprazol, bicarbonato…).

8. Tanto los tratamientos de congelación como los tratamientos térmicos agresivos sobre las carnes y pescados transforman el “hierro hemo” en “hierro no hemo” interfiriendo de esta manera en su absorción.

9. La germinación en vegetales produce la transformación de hierro a su forma más asimilable (ejemplo: soja germinada para ensaladas).

10. De las dos o tres piezas de fruta que se consuman por día, al menos una de ellas debe ser cítrica o frutos rojos.

11. Reducir o eliminar el consumo de alcohol, vino, té y café sobre todo en las comidas.

12. A la hora de hacer la compra, seleccionar aquellos alimentos enriquecidos en hierro (cereales, pan, lácteos…) tanto por su cantidad, como por el tipo de hierro que contengan (mejor “hierro hemo”).

13. En el caso de un déficit severo de hierro, la suplementación con alimentos en la dieta es insuficiente. Consultar a su médico con el fin de recurrir a fármacos, inyecciones intramusculares/intravenosas para corregir los niveles de hierro sérico y de sus reservas.

14.    Los fármacos ricos en hierro deben tomarse fuera de las comidas (30-45 minutos antes) o mejor en estado de ayuno postabsortivo (estómago vacío) ya que alimentos con contenidos en calcio, fosfatos, fitatos o fenoles pueden reducir su biodisponibilidad hasta en un 50%. Por otra parte, se aconseja acompañar la toma de este hierro con frutas cítricas, pues se mejora la absorción.

15. Aderezar todas las comidas posibles con especias (ver listado más abajo). Las especias son los alimentos más ricos en hierro aunque no son consideradas como fuente de hierro por su bajo o no consumo diario. Por ello, usar en el día a día las cantidades máximas posibles.

16.   Listado de alimentos ricos en hierro (mg/100 g de alimento): Almejas y berberechos: 25,6; Cereales de desayuno fortificados: 23,3; Morcilla: 18; Hígado de cerdo:18; Callos de ternera: 10; Cecina: 9,8; Soja seca cruda: 9,7 Morcilla de arroz: 8,2; Lenteja y judía pinta; 8,2; Hígado de pollo: 7,4; Yema de huevo: 7,2; Pistacho: 7,2; Hígado de ternera: 7,2; Melocotón seco (orejones): 6,9. Jamón ibérico: 4,3.

17.    Listado de especias según su contenido en hierro (mg/100 g de alimento): Tomillo: 123; Comino: 63; Eneldo/orégano: 48; Laurel: 43; Albahaca: 42; Canela: 38; Romero: 29; Pimentón: 23.

   
   

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 
1. Ganz T. Iron Deficiency and Overload. In: Kaushansky K, Lichtman MA, Prchal JT, Levi MM, Press OW, Burns LJ, et al., editors. Williams Hematology. 9th. New York: McGraw-Hill; 2016. p. 627-650.

2. Satellite.pdf [Internet]. [citado 11 de noviembre de 2019]. Disponible en: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2F pdf&blobheadername1=Content- disposition&blobheadername2=cadena&blobheadervalue1=filename%3D46.CI RUGIA+MAXILOFACIAL+Y+ORL.pdf&blobheadervalue2=language%3Des%26 site%3DPortalSalud&blobkey=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1352869         766674&ssbinary=true

3. WHO Global Database on Anaemia. Worldwide Prevalence of Anaemia 1993- 2005. Geneva, Switzerland: World Health Organization; 2008.

4. Johnson-Wimbley TD, Graham DY. Diagnosis and management of iron deficiency anemia in the 21st century. Therap Adv Gastroenterol. 2011; 4(3):177-184.

5. Jacobs DR, Haddad EH, Lanou AJ, Messina MJ. Food, plant food, and vegetarian diets in the US dietary guidelines: conclusions of an expert panel. Am. J. Clin. Nutr. 2009 May; 89.

6.     Base de Datos BEDCA [Internet]. [cited 2017 Nov 29]. Available from: http://www.bedca.net/bdpub/

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