INTOLERANCIA A LA FRUCTOSA/SORBITOL: RECOMENDACIONES DIETÉTICAS, OBJETIVOS Y ENLACES DE INTERÉS PARA ENTREGAR A PACIENTES.

DEFINICIÓN Y GENERALIDADES

La fructosa es un hidrato de carbono de tipo monosacárido que se encuentra en gran cantidad de alimentos (sacarosa (azúcar de mesa), frutas, verduras, alimentos procesados…) e incluso en medicamentos.

Por otra parte, la mayor frecuencia de uso en la industria alimentaría como edulcorante ha contribuido a que haya aumentado la incidencia de esta patología (1), teniendo en cuenta que existe un 50-60% de la población infradiagnosticada (2).

La ingesta de fructosa puede producir síntomas en dos situaciones. Una de ellas es la malabsorción/hipoabsorción/intolerancia a la fructosa en la que la ingestión de este monosacárido produce ciertos síntomas. La otra es la intolerancia hereditaria a la fructosa o fructosemia, que es un trastorno genético poco frecuente en el que la fructosa se acumula en el hígado, pudiendo alterar su funcionamiento (1).

Entonces, se puede definir la intolerancia a la fructosa como una intolerancia alimentaria debida a un déficit enzimático que da lugar a síntomas asociados a la ingesta de fructosa y relacionados con su incorrecta absorción en el aparato digestivo.

En el intestino delgado, específicamente en la membrana apical del enterocito, se produce la absorción de fructosa, donde se encuentra el transportador de glucosa 5 (GLUT5), único y específico para fructosa, que la transporta pasivamente desde el lumen a la sangre (2) (existe otro transportador de baja afinidad, el GLUT2). Cuando esta proteína transportadora específica de la fructosa no está presente, o bien, no posee actividad enzimática, las personas con esta patología tienen dificultad para absorber la fructosa por las células del intestino delgado. Cuando la fructosa no absorbida alcanza el colon es fermentada produciendo hidrógeno, dióxido de carbono e incluso gas metano. Las consecuencias sintomatológicas pueden ser dolor abdominal cólico, hinchazón, distensión o abombamiento, meteorismo, borborigmos y con cierta frecuencia diarrea con abundante gas (diarrea explosiva) (2).  La desnutrición y pérdida de peso son poco probables (3).

Las consecuencias fisiológicas de este tipo de malabsorción  son (3,4):

  • Aumento de la carga osmótica luminal.
  • La fructosa pasa a ser un sustrato de rápida fermentación para bacterias en el colon.
  • Alteración de la motilidad gastrointestinal.
  • Generación de un cambio en la flora intestinal.

Es importante destacar que la hipobsorción de fructosa es dependiente de la dosis y de la concentración sanguínea por lo que se puede tolerar pequeñas cantidades de este monosacárido pudiendo consumir alimentos que lo contengan.  Por otro lado, se debe tener en cuenta que existen grandes variaciones en la capacidad para absorberlos entre los diferentes individuos (1).

Las personas que presentan intolerancia a la fructosa, también la presentan al sorbitol (E-420). Este es un edulcorante artificial que también puede encontrarse de forma natural en los alimentos. Es utilizado en la mayor parte de los “productos sin azúcar”, chicles, caramelos y en la industria alimentaria y farmacéutica en general (1).

Se ha de destacar que al contrario que en la intolerancia a la fructosa, en la intolerancia hereditaria a la fructosa o fructosemia se debe suprimir de forma estricta en la dieta todos aquellos alimentos que contengan fructosa, sacarosa y  sorbitol (1).

Mencionar que en las personas con esta patología se ha relacionado la ingesta de fructosa con diferentes alteraciones metabólicas como esteatosis hepática, dislipidemias, alteraciones en la sensibilidad de la insulina (insulinoresistencia) y diabetes tipo 2. También se encuentra ligada a otras intolerancias (principalmente a la lactosa) o al síndrome de intestino irritable (4,5,6,7).

 

OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO

  • Reducir la ingesta de fructosa y/o sorbitol hasta unos niveles en los que la sintomatología (diarrea, naúseas, dolor abdominal, flatulencia, etcétera) remitan (1).
  • Mantener un correcto estado nutricional a pesar de la reducción de la ingesta de los alimentos desaconsejados (1).
  • Educación nutricional y dietética del paciente con hipoabsorción a la fructosa, prestando sobre todo una especial atención al etiquetado de alimentos envasados.
  • Algunas personas con capacidad limitada de absorción de fructosa pueden tener síntomas de intolerancia producidos por la fructosa no absorbida que llega al colon. En este caso el objetivo es limitar la ingesta de alimentos ricos en fructosa hasta un nivel que no provoque síntomas, según tolerancia individual. Es suficiente una restricción parcial, manteniendo en la dieta estos alimentos en cantidades tolerables para evitar el riesgo de carencias nutricionales (8).

 

 

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS  Y OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS (1,8,9)

  • Realizar una alimentación variada, equilibrada y saludable.
  • Distribuir la ingesta en 5 ó 6 comidas al día.
  • Evitar las comidas abundantes. Comer poca cantidad en cada toma. 
  • El contenido en fructosa de las frutas tiene relación con el grado de maduración. Las menos maduras y menos dulces pueden ser mejor toleradas.
  • Las patatas viejas contienen menos fructosa que las nuevas.
  • Edulcorar con glucosa pura, aspartamo o sacarina.
  • En el caso de no poder evitar consumir algún alimento rico en fructosa o sorbitol, intentar que en la misma comida no se ingiera más de un alimento del grupo de los desaconsejados.
  • Ingerir alimentos con fructosa en pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día. Ejemplo: tomar solo una pieza de fruta o equivalente en cada ingesta, máximo 2-3 piezas al día.
  • Los alimentos de origen animal (carnes, pescados, huevos, leche…) se pueden comer sin problemas si no están elaborados. En el procesamiento pueden añadirse fructosa y sorbitol.
  • Muchos medicamentos en jarabe contienen glucosa o sorbitol. Aunque la cantidad ingerida es pequeña y generalmente no provoca síntomas, consultar con el médico por posibles alternativas.
  • Mediante la cocción las verduras pierden fructosa, por lo que se recomienda aplicar el método de la doble cocción: Consiste en cambiar el agua de cocción a mitad de la misma. Es decir, desechar el caldo obtenido, que es donde queda solubilizado parte de la fructosa, y reponer de nuevo el agua para la cocción completa.

 

ALIMENTOS DESACONSEJADOS

  • Manzana, pera, ciruela, cereza, melocotón, albaricoque, nectarinas, paraguayas. Incluido sus zumos naturales y mermeladas.
  • Fructosa, sorbitol (E-420), chicles, caramelos, gominolas.
  • Con más de 1 g de fructosa/100 g de fracción comestible): Remolacha, zanahoria, coles de Bruselas, berenjena, cebolla, cebolleta, espárragos, maíz dulce, pepinillos, pimientos, tomate, batata, chirivía.
  • Frutas secas: higos secos, pasas, dátiles secos, orejones, etcétera.
  • Cereales integrales y salvados. Cereales azucarados o con frutas. Bollería o dulces elaborados con fructosa o sorbitol. Pasta con salsa de tomate. Harina de soja.
  • Leche condensada, batidos de leche, helados de frutas, yogur con frutas o saborizados.
  • Zumos de fruta comerciales. Bebidas de fruta. Refrescos de frutas. Bebidas edulcoradas con fructosa o sorbitol.
  • Embutidos, salchichas y patés elaborados con fructosa o sorbitol.
  • Palitos de cangrejo y otros elaborados.
  • Guisantes, judías verdes, soja.
  • Salsas y condimentos: Ketchup, mayonesa comercial, vinagre balsámico, nuez moscada, vainilla, sopas comerciales y todas las salsas que contengan fructosa o sorbitol.

 

ALIMENTOS PERMITIDOS

  • Azúcares edulcorantes: glucosa, maltosa, maltodextrina. Aspartamo, sacarina y ciclamato.
  • Frutas: Aguacate, papaya, limón, lima, aceitunas. Precaución con: naranja, mandarina, plátano, kiwi, sandía, melón, mango, granada, uva.
  • Menos de 0,5-1 g de fructosa/100 g: Acelga, brócoli, espinacas, apio, alcachofas, berros, tapioca, setas (champiñones), lechuga, escarola y endibias. Patatas “viejas”.
  • 0,5-1 g de fructosa/100 g: Calabacín, calabaza, col, coliflor, espárragos, nabos, pepino, puerro, rábanos. Patatas “nuevas”.
  • Frutos secos: almendras, avellanas, nueces, castañas, pistacho.
  • Cereales: cereales refinados y sus harinas: trigo, arroz, maíz, avena. Pasta blanca, pan blanco no azucarado.
  • Leche y derivados: leche, queso, yogur natural, mantequilla, leche en polvo no edulcorada.
  • Bebidas: café, infusiones, cacao. Bebidas lácteas sin fructosa o sorbitol.
  • Carnes y pescados: todos los no elaborados.
  • Huevos: todos los no elaborados.
  • Legumbres: lentejas y pequeñas cantidades de garbanzos y alubias.
  • Salsas y sales: sal, vinagre, mostaza y especias. Mayonesa casera.

 

 

ENLACES DE INTERÉS

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. pdf [Internet]. Recomendaciones dietético nutricionales. Servicio madrileño de Salud.[cited 2018 Apr 1]. Available from: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-disposition&blobheadername2=cadena&blobheadervalue1=filename%3DRecomendaciones+dietetico+nutricionales.pdf&blobhead
  2. La intolerancia y malabsorción a la fructosa. [Internet]. ▷ RSI – Revista Sanitaria de Investigación. 2021 [cited 2022 Feb 12]. Available from: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/la-intolerancia-y-malabsorcion-a-la-fructosa/
  1. Fedewa A, Satish SC. Dietary fructose intolerance, fructan intolerance and FODMAPs. Curr Gastroenterol Rep. 2014; 16(1): 370. doi:10.1007/s11894-013-0370-0.
  2. Riveros MJ, Parada A, Petinelli P. Consumo de fructosa y sus implicaciones para la salud; malabsorción de fructosa e hígado graso no alcohólico. Nutr Hosp. 2014; 29(3):491-99.
  3. Hinojosa-Guadix J, et al. Malabsorción e intolerancia a la fructosa / fructosa-sorbitol en patología digestiva. RAPD ONLINE.2017. Mayo-junio, 40 (3). Disponible en: https://www.sapd.es/revista/2017/40/3/01
  4. C. H. Wilder-Smith, A. Materna, C. Wermelinger & J. Schuler. Fructose and lactose intolerance and malabsorption testing: the relationship with symptoms in functional gastrointestinal disorders. Aliment Pharmacol Ther. 2013; 37: 1074–1083.
  1. Katbleen L, Escott-Stump S, Raymon JL. Tratamiento nutricional médico en los trastornos intestinales. Krause dietoterapia. Barcelona: Elsevier Inc.; 2013. p. 610 – 644.
  2. Info_intolerancia_fructosa y sorbitol_2014.pdf [Internet]. [cited 2022 Feb 12]. Available from: https://www.ampap.es/wp-content/uploads/2014/05/Info_intolerancia_fructosaysorbitol_2014.pdf
  3. Requejo AM, Ortega RM. Sección VII: Recomendaciones dietéticas específicas. Nutriguía. Madrid: Complutense editorial; 2009. p. 543-602.
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